¿Where do I go?

No había podido evitarlo, como orgullosa que era, la morena no había querido aceptar el mapa que un muchacho en la entrada le había ofrecido. Dijo que conocía los lugares así, y que todo le iría bien.

Pues no era así, ella caminaba por una cabaña llena de trofeos y medallas con el mismo apellido. Velot, Velot, Velot.

- Gavin -

Gavin había salido de la piscina hacia un momento y había ido por un refresco a la cocina. Él agua le daba hambre y tambien había tomado un poco de helado del refrigerador, él comenzó a pasearse por los alrrededores mientras degustaba aquel delicioso helado de crema americana, su favorito.

Suspiró, quizás debería salir de allí y buscar alguien que le dijera a dónde ir. Pero no habría diversión entonces. Ella se detuvo frente a varias columnas de trofeo que tenía frente a ella, observándolas con curiosidad y una sonrisa suave en su rostro.

El castaño se sentó apoyado en la puerta del a cabaña de trofeos a terminar su helado, tan tranquilo como siempre.

Ella escuchó un ruido en la puerta, dando un paso hacia atrás. Ella se encogió de hombros al ver que nadie había entrado, y dió dos pasos hacia adelante. Derribando todos los trofeos que estaban frente a ella, haciendo horribles ruidos de metal contra el suelo.

Sobresaltado por el ruido Gavin dejó el helado a medio terminar en el piso y entró a la sala, se quedó observando a la torpe morena.

Ella no había escuchado, el ruido de los trofeos caer la habían dejado aturdida. Mai comenzó a reír, risueña como era. Se arrodilló en el suelo, e intento colocarlas en su lugar, al menos ordenarlas un poco. - Idiota te llamaban, Mailen.. - Musitó, dejando una sonrisa de hoyuelos en su rostro.

Él sonrió al escucharla - A mi me dicen troglodíta, pero noo viene al caso, soy Gavin.. - se presentó llendo hacia ella para ayudarla.

La morena volteó al escuchar una voz, riendo aún más por su broma. - Mailen.. - Frunció el ceño, negando con la cabeza. - Ya lo he dicho, lo siento. - Excusó, volviendo a regañarse como muchas otras veces.

Asiente, ya lo había dicho, él no lo prestó importancia a aquello acomodando las copas en su lugar.

- No... no tienes que hacerlo. - Balbuceó al verlo acomodando los trofeos, ella también siguió en ello, queriendo terminarlo rápido antes de que la descubrieran y se ganaran un castigo.

Mai tomó una copa entre sus manos, se había roto. Esta tenía el nombre Alekzi Velot gravado, y su base separada del metal.

- Cuidado, puedes cortarte.. - le dijo él y con cuidado tomó la copa con él. La observó un momento, estaban en aprietos.

Millones de ideas tontas cruzaban por su mente, como que salieran corriendo en ese mismo instante, o que excusaran a alguien más. Pero todas tendrían un mal final, estaba segura.

Ella mordisqueó su labio inferior, pensativa.

- Ven, vamos, debemos esconder la evidencia.. - le dijo tomando su mano para partir de allí, lo más rápido posible. Ya no pensaba con la cabeza.

No sólo Alekzi se enteraba de todo lo que allí sucedía, claro que no. El director del lugar sabía tantos secretos de los alumnos, que hasta podía llamárselo pecador.

De todas formas, los campistas tenían suerte. Gaspard era un hombre muy paciente y casi consentido, por lo que era muy difícil que castigara a alguien. El que sí metía castigos, era Alekzi.

El rubión estaba del otro lado de la puerta cuando vió salir a los dos muchachos. Él les sonrió con paciencia, y casi ternura.

Mailen había apretado con fuerza la mano del castaño, dándole a entender que tenían que apresurarse demasiado. Fue un tanto incómodo el salir de la cabaña, encontrar al director del campamento - porque al menos ella ya lo conocía - y que los dos estuviesen tomados de la mano.

La castaña no emitió palabra alguna, con una mueca de miedo en el rostro.

Él casi choca del lleno con el director, en otro tiempo se hubiera disculpado cortesmente, pereo Gavin había decidido tomar un nuevo rumbo a su vida, se quedó mirandolo con el trofeo tras él y la otra mano aferrando la mano de la chica.

Gaspard ladeó un poco el cuello, queriendo observar lo que su alumno ocultaba detrás de su espalda. - Señor Slanzar, no es cierto? - Cuestionó sólo para asegurarse, con esa sonrisa suave. - Podría enseñarme que tiene detrás? - Pidió, sin ápice alguno de enojo.

La castaña tenía su vista alterada, desde el director a Gavin, y viceversa. Ella no tenía idea que pensaba hacer el castaño, pero rogaba no meterse en problemas por su estupidez.

- Me caí encima.. - miente dejando la copa a la vista, con una sutil mueca en sus labios. Quizás hasta tenía suerte y lo hechaban.

El rubión asintió, mirando de soslayo a la morena. - Instinto heroico el suyo, muchacho. - Replicó, tomando la copa entre sus manos, al menos uno de los pedazos. Allí pudo ver claramente el nombre de su colega y hermano, Alekzi Velot. - Aunque dudo que haya sido su culpa si ustedes estaba afuera cuando los ruidos se oyeron. - Comentó, con la vista en el trofeo.

Mailen ya estaba por echarse la culpa a sí misma, cuando el director habló. Hubiese sido inútil, él ya lo sabía todo. - Director, elija mi castigo por favor.. - Terció, con la vista baja. No iba a permitir que el castaño fuera castigado por su torpeza.

Iba a replicar, pero de nada serviría. - Cumpliré el castigo de ella, no me interesa.. - murmuró con esa seguridad avasallante propia de los Fanell.

El director no pudo evitar dejar escapar una risa entre sus labios. - Muchachos, yo no voy a castigarlos. - Explicó, con una sonrisa aún decorando su rostro blanco.

- Les recomiendo que lleven esta copa lejos, dónde mi hermano no pueda nunca más. - Aconsejó, devolviéndole la copa al muchacho. Despidiéndose luego con gesto de su sombrero, alejándose de allí.

Odiaba que la dejaran con la palabra en la boca, y le había pasado en varias ocasiones durante la conversación. Ella no hizo más que agradecerle a Gaspard con una sonrisa, y luego volver a Gavin. - No, no tenías que hacerlo. - Murmuró, era una extraña forma de decir gracias para ella.