Tal vez esto lo hizo el destino ♪

- Me gusta, pero no es mi hogar, hay personas muy buenas aquí.. - le dice mirando hacia el cielo, oscurecia.

Ella se alegró un poco por ello, necesitaría aliados sin duda. La morena echó un vistazo hacia atrás, dónde las raíces del árbol bajo el cual habían escondido la copa, se perdían.

- Cuentame de ti Mailen.. - le pide mirando hacia donde ella.

Volvió a él cuando habló, para luego seguir caminando hacia adelante, con su mirada en el suelo para no tropezar. - No hay mucho que decir, yo vivía con mi madre.. - Comenta, paseándose por un improvisado sendero. - Hace varios meses comencé a viajar por Europa, y visité muchas academias temporales. - La castaña suspiró, recordando.

- Fue muy difícil, sentía que ningún lugar estaba bien para mi. - Ella había comenzado a jugar con un mechón de su cabello, sin notarlo. - Terminé en Toggle, la academia de Literatura. Conseguí quedarme allí justo a tiempo para el verano, y luego me mandaron aquí. -

Él la escuchó con atención todo el tiempo,, siguiendola por detrás - Espero que este lugar sea bueno para ti.. - le dijo sincero.

Ella sonrió de nuevo, agradecida porque al menos él le dijera aquello. - Creo que lo será. - Comentó, para luego encogerse de hombros.

- Ya me conoces a mi, es un logro.. - bromea fresco, más relajado que minutos antes.

- Presumidoooo. - Canturreó ella, ladeando el cuello. Dejó escapar una risa corta, divertida por aquello.

Le saca la lengua, niño, comienza a correr, alejandose de ella.

Ella puchereó levemente cuando lo vio correr, Mailen NO era buena en los deportes, y era de sobras lenta, por lo que lo alcanzaría nunca. La morena comenzó a seguirlo, gritándole que volviera.

Él es demasiado agil, se abre camino entre la maleza, termina escondiendose tras un árbol.

Ella lo pierde de vista, deteniéndose en el centro de un montón de árboles. Se cruza de brazos, frunciendo levemente los labios. Termina por hacerse un lugar entre la grama, sentándose como indio.

- Si estás ahí, quiero que sepas que eres muy mal. - Exclamó ella, cría. No lo seguiría, corría peligro de perderse. Aún más.

- Buuu! - exclamó él saliendo de su escondite, asustandola niño.

En vez de mirar hacia dónde él estaba, ella se abrazó a sus rodillas ante el susto. De a poco fue ladeando el cuello, buscándolo con la mirada. Entrecerró los ojos al verlo, cría.

Él sonrió de lado llendo hacia ella. - Te asuste? - pregunta crío.

Ella mantenía esa expresión en el rostro, fulminándolo. - No, hago estas morisquetas porque es divertido. - Señaló, no estaba realmente furiosa. Sólo fingía ofenderse.

Se quedó callado cuando ella le dijo así, solo se sentó a su lado.

Ella volvió a su anterior postura, sentándose como indio en el suelo. Dejó sus manos sobre sus rodillas, jugando con sus pies.

- Lo siento.. - se disculpó con la vista en sus zapatillas de deporte.

La morena frunció el entrecejo, volviendo sus ojos a él. - ¿Por qué lo sientes? - Cuestionó, sin entenderlo. Quizás se había ofendido más de la cuenta, pero eso era historia para ella ya.

- Te dejé sola, soy malo.. - contestó sin levantar la mirada.

Ella mordisqueó su labio inferior, culpable. - No Gav, no eres malo.. - Quiso arreglar lo que ella misma había dicho, sabiendo que sólo había bromeado. - Lo siento, no era enserio. - Explicó, ladeando un poco el cuello para poder observarlo.

- Lo sices encerio? - preguntó levantando apenas la mirada, rascandose el cuello con una mano.

Ella sonrió levemente de lado, asintiendo. - Claro que sí. - Afirmó, cría.

- Me caes bien.. - se sincero sonriendo niño.